El perro samoyedo tiene una capa exterior recta y una capa interna suave y gruesa (a menudo denominada lana). Puede ser de color blanco puro, blanco y bizcocho, crema o bizcocho, y se desprende mucho.
El mantenimiento puede ser desalentador. El cepillado diario es necesario cuando el pelaje se está desprendiendo; una o dos veces por semana cuando no lo es.
Necesitará bañarse una vez cada ocho semanas, o cada vez que se revuelque en lodo o algo maloliente (muy probable). Bañar al samoyedo también es un compromiso de tiempo, ya que remojar bien el pelaje, enjuagar el champú y dejar que se seque por completo no es un proceso rápido.
Muchos propietarios optan por contratar a un peluquero profesional para su Samoyedo. Aunque es costoso, ayuda a quitar algo de carga al propietario. Sin embargo, aún necesita cepillarse regularmente.
Cepilla los dientes de tu perro samoyedo al menos dos o tres veces por semana para eliminar la acumulación de sarro y las bacterias que se esconden en su interior. El cepillado diario es aún mejor si desea prevenir la enfermedad de las encías y el mal aliento.
Córtale las uñas una o dos veces al mes si tu perro no las desgasta de forma natural para evitar lágrimas dolorosas y otros problemas. Si puede escucharlos hacer clic en el piso, son demasiado largos. Las uñas de los pies de los perros tienen vasos sanguíneos, y si cortas demasiado puedes sangrar, y es posible que tu perro no coopere la próxima vez que vea salir el cortaúñas. Por lo tanto, si no tiene experiencia cortando las uñas de los perros, pídale consejos a un veterinario o peluquero.
Sus oídos deben revisarse semanalmente en busca de enrojecimiento o mal olor, lo que puede indicar una infección. Cuando revise las orejas de su perro, límpielas con una bola de algodón humedecida con un limpiador de oídos suave con pH equilibrado para ayudar a prevenir infecciones. No inserte nada en el canal auditivo; simplemente limpie el oído externo.
Comienza a acostumbrar a tu samoyedo a ser cepillado y examinado cuando es un cachorro. Toca sus patas con frecuencia (los perros son delicados con sus patas) y mira dentro de su boca. Haga del aseo una experiencia positiva llena de elogios y recompensas, y sentará las bases para exámenes veterinarios sencillos y otras manipulaciones cuando sea adulto.
Mientras se acicala, busque llagas, erupciones o signos de infección, como enrojecimiento, sensibilidad o inflamación en la piel, la nariz, la boca, los ojos y los pies. Los ojos deben estar claros, sin enrojecimiento ni secreción. Su cuidadoso examen semanal lo ayudará a detectar posibles problemas de salud a tiempo.