Puede parecer tonto, pero el pequinés es un personaje de pie que es más duro y valiente de lo que sugiere su apariencia. La dignidad real, la autoimportancia, la confianza y la veta obstinada del Peke se unen en un perro vivaz, afectuoso y de buen carácter que te respetará si tú lo respetas a él. Es leal y protector con su gente, ladrando en advertencia cuando aparecen extraños. Entrénelo con consistencia firme y amable, utilizando refuerzos positivos como recompensas con alimentos y elogios. Siempre tendrás éxito si puedes persuadir a Peke de que hacer algo es idea suya, no tuya.
El temperamento se ve afectado por una serie de factores, que incluyen la herencia, el entrenamiento y la socialización. Los cachorros con buen temperamento son curiosos y juguetones, dispuestos a acercarse a las personas y ser sostenidos por ellas. Elige al cachorro del medio del camino, no al que golpea a sus compañeros de camada o al que se esconde en la esquina. Siempre conozca al menos a uno de los padres, generalmente la madre es la que está disponible, para asegurarse de que tengan un temperamento agradable con el que se sienta cómodo. Conocer a los hermanos u otros parientes de los padres también es útil para evaluar cómo será un cachorro cuando crezca.
Como todos los perros, los pequineses necesitan una socialización temprana (exposición a muchas personas, imágenes, sonidos y experiencias diferentes) cuando son jóvenes. La socialización ayuda a garantizar que su cachorro Peke crezca y se convierta en un perro completo. Inscribirlo en una clase de kindergarten para cachorros es un gran comienzo. Invitar
a los visitantes con regularidad y llevarlo a parques concurridos, tiendas que permiten perros y paseos tranquilos para conocer a los vecinos también lo ayudará a pulir sus habilidades sociales.