Los perros Pitbull aman a los niños, y no nos referimos al desayuno. Robustos, enérgicos y tolerantes, son compañeros de juego ideales. Dicho esto, ningún perro de ningún tamaño o raza debe dejarse sin supervisión con niños.
Cuando no puede haber un adulto para supervisar lo que sucede, los perros deben ser encerrados en jaulas o perreras, especialmente después de que alcanzan la madurez sexual, cuando pueden comenzar a probar la posibilidad de convertirse en líderes de la «manada».
No permita que los niños jalen las orejas o la cola de un perro. Enséñeles a nunca acercarse a ningún perro mientras duerme o come, ni a tratar de quitarle la comida.